¿Te has preguntado alguna vez qué historias guarda ese tintico que tanto te gusta? Desde la tierra hasta la taza, el café recorre un camino lleno de secretos, pasión y dedicación. Hoy te voy a llevar de la mano para que descubras cómo cada sorbo de Café Berriondo está cargado de esfuerzo y berraquera. Así que, acomodate, servite una buena taza y acompáñame en este recorrido.
El Primer Paso: La Siembra y Cosecha
Todo comienza en las montañas de Anzá, Antioquia, donde el caficultor selecciona las semillas con el mayor esmero. Ahí, en la tierrita bendita, los cafetales crecen bajo el sol y la lluvia, esperando su momento. El café tarda unos tres años en producir sus primeros frutos y cuando llegan, las cerezas rojas y brillantes son recolectadas a mano, una por una. ¡Nada de cosechas masivas ni máquinas! Este es un trabajo que requiere paciencia y dedicación, casi como el de un joyero.
El Beneficio: Desentrañando los Sabores
Una vez recolectadas, las cerezas pasan por el proceso de beneficio. Aquí hay dos métodos principales: el húmedo y el seco. En el húmedo, se quita la pulpa de la cereza y se fermenta el grano para que afloren los sabores frutales y florales del café. Mientras que en el seco, las cerezas se dejan secar al sol hasta que el grano esté listo para ser despulpado. En Café Berriondo usamos ambos métodos, porque cada uno le da al café un perfil de sabor distinto y auténtico.
El Tostado: Donde la Magia se Hace Realidad
El grano verde pasa a ser el protagonista en el tostado. Esta etapa es como la alquimia del café: aquí se definen sus aromas, cuerpo y acidez. Un tostado ligero resalta notas cítricas y florales, mientras que un tostado oscuro le da un sabor más achocolatado y con cuerpo. En Berriondo, nuestro maestro tostador observa, escucha y huele cada tanda para asegurarse de que cada grano esté en su punto perfecto. ¡Aquí no se puede improvisar!
La Molienda y Preparación: A Cada Cafetero Su Método
Moler el café no es tan sencillo como darle vueltas a un molino. Cada método de preparación (como la prensa francesa, el espresso o el aeropress) necesita un tamaño de molienda específico. Si es muy fina, el café puede quedar amargo y si es muy gruesa, saldrá aguado. Por eso, cada barista y cafetero tiene su propio truquito para sacar lo mejor del grano.
De la Taza al Corazón: El Arte de Servir el Café
Finalmente, el café está listo para ser servido. El agua a la temperatura ideal, la proporción justa de café y la delicadeza en cada movimiento crean una taza que no solo te despierta, sino que también te llena el alma. En Café Berriondo, creemos que servir una taza es como compartir un pedacito de nuestra tierra y cultura. Por eso, cada vez que nos tomamos un cafecito, celebramos el esfuerzo de nuestros caficultores y sentimos orgullo de lo que llevamos a tu mesa.
Así que ya lo sabés, cada sorbo que das a tu café encierra todo un proceso meticuloso lleno de secretos y tradiciones. Desde las laderas de Anzá, Antioquia, hasta tu mesa, el café Berriondo es el resultado de un amor profundo por la tierra y la cultura paisa. La próxima vez que disfrutes de una taza, acordate de todo lo que hay detrás, de las manos que lo sembraron, lo cosecharon y lo tostaron con berraquera para que vos, parcero, tengás el mejor café en tus manos.