Metodo
Moka
Cantidad
1 persona
Molienda
Media-fina
Tiempo
5 min
Preparación
Caliente el agua:
Antes de que el agua esté a punto de ebullición, apáguela y llene el fondo de la Moka, pero sin pasarse de la válvula de seguridad, ¿oíste?
Eche el café molido:
Agarre ese café berraco que tienes, muelelo medio fino y ponlo en el filtro sin apretarlo mucho, solo que quede parejo.
Arme la Moka:
Con cuidado para no quemarse, ponga el filtro con el café en la base donde ya tiene el agua y enrosque la parte de arriba donde va a salir el tinto.
Fuego lento:
Ponga la Moka en la estufa a fuego bajito y espere a que suba el café. Esto es como cuando esperas a que pique el pez, con paciencia.
¡Listo el tinto!:
Cuando escuche un burbujeo, es porque ya está. Apague el fuego y sirva el café rapidito para que no se amargue.
Historia
La cosa es así: la historia de la Moka es una de esas historias que te hace apreciar cada sorbito de café como si fuera oro líquido, ¿me entendés? Allá por los años 30, en Italia, había un man muy berraco llamado Alfonso Bialetti, que le metía la ficha a eso de la inventiva. Este señor estaba piloso y quería encontrar la forma de hacer un tinto buenazo en la casa sin necesidad de irse hasta la cafetería más cercana.
Entonces, ¿qué hizo el muy astuto? Se inventó una maquinita de ocho lados, toda una belleza, que bautizó con el nombre de Moka Express. La gracia de este aparatejo es que usaba la presión del vaporcito para mandar el agua caliente por el café molido y ¡pum! así salía el tinto más sabrosón, directico a la taza.
La Moka se volvió tan popular que, quién lo diría, se convirtió en un ícono en las cocinas de todos los italianos y de paso, en medio mundo también. Y ojo, que Bialetti era tan piloso que el logo de la Moka tiene un man con bigotes que no es otro sino él mismo, haciéndole guiños a todos los que disfrutamos de su invento.
Hoy en día, la Moka sigue siendo ese objeto que no falta en casa de los que saben disfrutar de un buen café, con toda la berraquera de un invento que cambió el juego del cafecito casero. Entonces, si tenés una Moka en tu casa, estás siguiendo una tradición que lleva más de 80 años haciéndonos felices a todos los que amamos el café. ¡Eso es tener historia y sabor!